Mediante la cadena de pintura en polvo con dos cabinas de pintado automático y horno de secado, podemos lacar trabajos hasta 6 metros, un proceso dividido en 3 fases.

Preparar el trabajo lijando ó lavando con productos químicos para garantizar que la superficie metálica está preparada y lista para el lacado.

Recubrimiento en polvo mediante la cadena de pintado automático, aplicando uniformemente la pintura sobre la pieza.

Secado de la pieza en el horno a una temperatura de 180 grados que provoca una reacción química que adhiere y termina la capa de recubrimiento en polvo.

Además de dar color a las piezas, podemos dar acabados de brillo, mate, pavonado, texturado, ondulado, etc. recubrimos en polvo formulado con resinas de poliéster libres de TGIC, desarrollado para aplicaciones exteriores con muy buena resistencia a la radicación U.V y amarilleo.